Después de enfrentar dos años de crisis financiera este sector se encuentra replanteando sus estrategias para lograr las rentabilidades esperadas. El futuro de esta industria dependerá de la manera de atender a una población con menos ingresos y cada vez más móvil.
En el Congreso de Inversión en Propiedad Vacacional, que se lleva a cabo en la ciudad de Orlando, Estados Unidos, se revela la difícil situación por la que está pasando este sector y las estrategias que están adelantando para volver a tener crecimientos como los de los años anteriores.
Debido a la crisis financiera de los últimos años, la demanda de turismo en general y en especial la de productos de propiedad vacacional se ha retraído. Los participantes del mercado han tenido serios problemas para ofrecer sus productos, pues es un negocio que funciona por medio de la financiación y los bancos especialmente para este tipo de propiedades no está dando créditos. «La propiedad vacacional era un sector que crecía a dos dígitos, después de 2008 cuando Lehman Brothers cayó y el mercado de crédito se redujo, nuestro sector empezó a estancarse”, dijo el Presidente de la Asociación Americana de Desarrollo de Complejos Turísticos (ARDA).
Aunque el directivo espera que en Estados Unidos el mercado se recupere en dos años, asegura que este mercado tiene mucho potencial de crecimiento que provendrá de los países de Latinoamérica y el Caribe que mejor desarrollen el sector turístico, en la medida que estos países tienen los recursos disponibles para crecer y la liquidez que proviene del crédito. Adicionalmente, en esta época en donde se proyecta que la tendencia austera de los americanos se mantenga durante algún tiempo, la relación precio-calidad que deberán ofrecer estos complejos a los turistas tendrá que ser muy atractiva.

Un estudio realizado por la agencia de mercadeo, publicidad y relaciones públicas Ypartnership, revela que el 75% de los turistas no son propietarios de ningún tipo de inmueble de tiempo compartido. Para el gremio se muestra como una oportunidad pero puede ser una debilidad del modelo también cuando se tiene en cuenta que el 45% de las personas que tienen los ingresos para adquirir este tipo de bienes tiene mala imagen de este tipo de inversión.
Para los complejos turísticos y grandes hoteles la propiedad vacacional se muestra como una manera de diversificar su negocio y llegar a un segmento de menos ingresos. Por ejemplo, la línea de hoteles Marriot se encuentra construyendo un complejo de casas vacacionales al lado del JW Marriot en Orlando. El Marriot Lakeshore Reserves, busca brindarle a los dueños un valor agregado por los servicios de alto nivel a los que tienen acceso por estar cerca del hotel, por un menor precio de hospedaje.
Según datos del Marriot, el 50% de las casas logra venderse como propiedad vacacional. Por lo tanto, las que no se venden ya sea como tiempo compartido o propiedad fraccional, la ponen a la orden de las personas que las quieran alquilar por semanas o días para pasar sus vacaciones como si fuera un alojamiento tradicional.
En estos momentos, una casa de tres habitaciones, sala, comedor, en donde se pueden alojar hasta 12 personas tiene un costo de alquiler por noche, en esta época, de alrededor de US$400, en donde además tienen accesos a todos los servicios de restaurante, piscina, spa, gimnasio, sala de juegos para niños, entre otros, que ofrece el JW Marriot.
Los dos tipos de negocio que existen en propiedad vacacional son el tiempo compartido y la propiedad fraccional. Muchos complejos turísticos en todo el mundo han venido ajustando su infraestructura o han diseñado proyectos exclusivos para aplicar estas alternativas de mercadeo turístico.
El tiempo compartido es el sistema mediante el cual un complejo turístico vende el derecho a utilizar a perpetuidad o temporalmente una unidad inmobiliaria turística o recreacional por un período determinado de tiempo en cada año, normalmente una semana, con la posibilidad de realizar intercambios nacionales o internacionales.
Por otro lado, la propiedad fraccional, consiste en vender una parte de cada casa, apartamento o villa, dentro del complejo turístico a un grupo de personas, que al mismo tiempo son los usuarios.

La posibilidad de intercambiar ya sea las semanas o las fracciones compradas, hace que para los que compran sea más atractivo pues es una forma de viajar a varios lugares después de haber comprado los derechos sobre una propiedad.